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Trump quiere resucitar Detroit, la ciudad del automóvil

El presidente de Estados Unidos vuelve a reunirse hoy con los fabricantes de coches en la cuna del motor, que aún se recupera de la bancarrota que declaró hace cuatro.





15 de Marzo de 2017 a las 13:43 hrs -- Centinela Digital
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a reunirse hoy con los fabricantes automovilísticos en Detroit, la cuna del motor que llegó a ser la cuarta ciudad más grande del país y que ahora sigue esforzándose por salir de las cenizas tras la bancarrota en la que se declaró en 2013, incapaz de asumir una deuda de 14.000 millones de dólares (13.100 millones de euros).

Detroit es el reflejo de todos los sueños y promesas de un presidente nostálgico con las industrias más tradicionales que en su día fueron los grandes representantes del poderío americano. General Motors, el mayor fabricante de coches del país, era hace treinta años la quinta mayor compañía de Estados Unidos por valor en Bolsa (22.000 millones de dólares). Hoy, con una capitalización de apenas 55.000 millones, ni siquiera aparece entre las cincuenta primeras.

Para Trump, pese a todo, el sector es vital para hacer realidad su lema de "hacer América grande otra vez". El magnate reconvertido a presidente de la mayor potencia internacional ha asegurado que pretende crear 25 millones de puestos de trabajo durante su mandato, un objetivo que no puede pasar por alto a la industria del motor. El sector genera cerca del 10% del empleo del sector manufacturero en Estados Unidos, con dos millones de personas entre producción y distribución en 2016, según datos de Statista. El país es, además, uno de los mayores productores de coches del mundo.

Sin embargo, parte de esos puestos de trabajo y del volumen de producción han ido trasladándose hacia mercados con mano de obra más barata, como México, lo que crispa las aspiraciones de Trump. Sus presiones han obligado a grandes compañías como General Motors y Ford a replantearse su estrategia y a anunciar nuevas inversiones en Estados Unidos para contentar al presidente, aún a costa de debilitar sus márgenes.

Los consejeros delegados del sector automovilístico fueron los primeros en reunirse con Trump apenas cuatro días después de que el republicano tomara las riendas del país. En su flamante nuevo hogar de la Casa Blanca, el mandatario trasladó su plan de "América primero" a los presidentes de General Motors, Ford y Fiat Chrysler, a los que también prometió un "entorno hospitalario".

En el encuentro de hoy, ya en terreno de los fabricantes, se prevé que el presidente anuncie mayor flexibilidad en las reglas sobre emisiones contaminantes, lo que supondría simplificar las tasas de la EPA (la Agencia Medioambiental de Estados Unidos). Este organismo acaba de abrir, por ejemplo, un proceso sancionador a Chrysler que podría implicar una multa de 4.500 millones de dólares.

Además de por ser el estado que acoge a Detroit, Michigan es clave para Trump puesto que su inesperada decisión de votar por el Partido Republicano en las elecciones de noviembre inclinó definitivamente la balanza a favor de un candidato que nadie esperaba.












(entornointeligente)