Usarla en la cara para recuperar frescura, hidratación y brillo, es un método originario de Japón y Corea, que se ha convertido en una excelente técnica para restaurar la piel. El agua mineral ayuda a la piel en diversas maneras: ayuda a reafirmar la piel, elimina las células muertas y purifica los poros.

Las burbujas del agua mineral ayudan a eliminar toda la suciedad y oxigenar la barrera de la piel, ayudando también a eliminar la hinchazón y dejarla más suave y tersa.

Para usarla correctamente, mezcla el agua mineral con agua natural ya que ésta es más suave al entrar en contacto con la piel y ayuda a diluir la efervescencia del agua mineral. Consigue un bowl de buen tamaño (donde de preferencia puedas sumergir la cabeza) y agrega una cantidad igual de agua mineral y agua natural. Sumerge la cara de 10-15 segundos. Si prefieres no sumergir la cara, te recomendamos hacer la misma mezcla pero usando un poco de algodón. Agrega la mezcla de las aguas al algodón y pásalo sobre tu piel de manera circular como si estuvieras usando un tónico. Realiza esto una vez a la semana.

Para piel sensible y/o seca: Usa una cantidad igual de agua mineral y agua natural. Viértelas en un bowl y sumerge la cabeza de 10-20 segundos. Procura hacer el procedimiento una vez al día por siete días. Si notas que la piel no se ve o se siente diferente, trata de hacerlo dos veces al día.

Piel normal y/o grasa: Vierte más agua mineral que agua natural en un bowl y sumerge la cabeza de 10-20 segundos. Si tu piel es normal, puedes hacerlo una vez a la semana para notar cambios. Si tu piel es grasa, te recomendamos hacerlo tres veces a la semana.

En aproximadamente un mes, con cualquiera de las fórmulas, notarás un cambio radical en tu piel. Se sentirá más sana, llena de vida, con un brillo excepcional y sin cansancio.












(Periódico AM)