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Crisis sin fin: violenta represión contra la oposición en Venezuela

Con balas de goma y gases lacrimógenos, la policía bloqueó a manifestantes y diputados que se dirigían al Parlamento.





05 de Abril de 2017 a las 09:58 hrs -- Centinela Digital
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La ola represiva del chavismo contra los legisladores opositores ha conseguido lo contrario a lo que buscaba: la reactivación de la calle y la reunificación de las menguadas fuerzas de la Mesa de Unidad Democrática (MUD).


La revolución cerró ayer, como siempre, el centro de Caracas a las protestas opositoras y lo abrió para sus propios seguidores. A los primeros, más de 2000 manifestantes, les repartió golpes, gases lacrimógenos, gas pimienta, perdigones y agua a presión, y a los legisladores, directamente, les impidió acceder a la Asamblea Nacional.

A los segundos, un pasillo libre en su territorio privado para desfilar y gritar junto a la sede del Parlamento. Policías y guardias nacionales contaron con el apoyo de los colectivos revolucionarios (paramilitares), que amedrentaron a los manifestantes realizando disparos al aire. Incluso uno de los heridos tiene una bala alojada en un glúteo.


Ante la dimensión de los enfrentamientos, la Asamblea decidió retrasar para hoy la sesión en la que pretende iniciar la destitución de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a los que acusan de perpetrar el "Madurazo", un "golpe judicial" contra la propia Asamblea Nacional.

"Si el gobierno cree que va a detener al pueblo, se equivoca. Defendemos nuestro derecho a sesionar", protestó Julio Borges, presidente del cuerpo legislativo, que también sufrió el gas pimienta lanzado por los agentes.


Por lo menos una docena de parlamentarios, como Richard Blanco (ingresado de urgencia en un hospital por asfixia) y Milagros Valero, resultaron afectados por los gases. Incluso Rafael Guzmán recibió un perdigonazo en la espalda.

"Este gobierno está embestido en un golpe de Estado continuo que quiere liquidar hasta físicamente el Parlamento. ¿Cuántos diputados no han sido agredidos?", denunció Henry Ramos Allup, ex presidente de la Asamblea, protegido con pasta dentífrica debajo de la nariz para evitar la asfixia de los gases.

Los diputados Juan Requesens (56 puntos de sutura junto al ojo y la nariz quebrada) y José Britto (fractura de una costilla) fueron expulsados anteayer a botellazo limpio por radicales chavistas que "protegían" la Defensoría del Pueblo. A otros, como Carlos Paparoni y Marcos Bozo, los militares los golpearon la semana pasada. La parlamentaria Dinorah Figueroa, en cambio, sufrió el ataque de un paramilitar oficialista.

El primer cálculo elevaba a diez el número de heridos, sin considerar los que sufrieron los efectos de los gases. "¡En unidad, y a pesar de la represión, vamos a rescatar la democracia y la libertad!", arengó Lilian Tintori, mujer del preso político Leopoldo López, junto al gobernador de Miranda y líder opositor, Henrique Capriles, una imagen de unidad entre dos de las principales fuerzas de la oposición que no se veía desde hacía tiempo.

La MUD decidió que ayer era el día ideal para regresar a la calle en defensa del Poder Legislativo. Tras las cuatro detenciones de las últimas horas, son 117 los presos políticos del chavismo, cuya libertad es reclamada por la oposición.

"Al prohibir el derecho a manifestarse, la dictadura genera hechos de violencia", resumió la ONG Provea tras los enfrentamientos violentos de ayer.

El gobierno repitió el guión de protestas precedentes y desplegó sus fuerzas desde la mañana, donde bloqueó los accesos a la ciudad y cerró 12 estaciones de subte, sin importarle los perjuicios a la ciudadanía. "¡Que se quejen, seguiremos gobernando esta patria hasta siempre!", clamó Diosdado Cabello al frente de la contramarcha revolucionaria, instalada a metros del Palacio Legislativo.

"Todo aquel traidor a la patria (en referencia a los diputados) debe ser tratado como enemigo. La Organización de los Estados Americanos (OEA) firmó su certificado de defunción, ayer violentaron todo, les dieron un golpe a Bolivia y a Haití", amenazó de nuevo el jefe del ala radical.

Las imágenes de violencia y abusos contra manifestantes, grabadas por ciudadanos, se confabularon para dar la razón a los 17 países de la OEA que anteayer habían exigido la restauración plena del orden democrático en Venezuela.

Sin duda, el golpe diplomático más duro recibido por el chavismo en su historia, pero no el único de las últimas horas: Chile adelantó ayer que su embajador no volverá a Caracas por el momento. El mismo día que Luis Almagro, secretario general de la OEA, se reunía con la hermana de Braulio Jatar, periodista y editor (con doble nacionalidad venezolana y chilena), que permanece encarcelado desde hace siete meses tras publicar en su medio digital los videos de los cacerolazos que Nicolás Maduro recibió en la isla Margarita.

El enfado evidente del gobierno chileno lo precedió el lunes el del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, que exigió al jefe del Estado que presentara "pruebas" de la acusación lanzada contra su canciller. Según el "hijo de Chávez", el ministro Nin Novoa coordinó con Estados Unidos las "agresiones contra Venezuela".

El presidente compareció en televisión tras la manifestación para lanzarles uno de sus mensajes favoritos: "El año que viene hay elecciones y vamos a darles una pela (paliza)". Las encuestas, en tanto, dicen todo lo contrario.













(lanacion)