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5 cosas que no debes creer al comprar un coche nuevo

No todas las características teóricas de un automóvil se reflejan fielmente en su utilización real.





13 de Diciembre de 2017 a las 11:45 hrs -- Centinela Digital
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Consultamos páginas web de las marcas, leemos pruebas o comparativas, estudiamos los catálogos, nos documentamos con detalle… Analizar los datos de un coche nuevo es una acertada estrategia para minimizar el riesgo de error en una compra tan importante como esta (por necesidad y precio). Sin embargo, no siempre la información que facilitan los fabricantes se ciñe a la realidad.

Dejando al margen escándalos clamorosos y con reconocida intencionalidad como el de los motores de Volkswagen, existen otras imprecisiones en los catálogos sobre las que se debe indagar antes de tomar una decisión de comprar.

Estos errores se justifican por los métodos de medición, las pruebas teóricas muy lejanas de la circulación en tráfico abierto o las exigencias de homologación, que tampoco se corresponden con el día a día del automovilista. Estos son los cinco datos menos fiables que suelen ofrecer los fabricantes:

CONSUMOS

Todas las marcas se refieren a unos consumos homologados que suenan casi a utopía en la utilización cotidiana del vehículo. Esto se debe a que las condiciones para validar el gasto de combustible de un coche nuevo nada tienen que ver con las reales.

Las mediciones se realizan en un banco de pruebas, con ciclos y temperaturas claramente definidos y que sirven como elemento de comparación entre diferentes motores. Sin embargo, a la hora de la verdad, el gasto de gasolina o gasóleo es significativamente superior al teórico de homologación. Una circunstancia aplicable, del mismo modo, a las cifras de autonomía de las baterías de los coches eléctricos o híbridos.

Las circunstancias de uso habituales son bien distintas a las de los test de las marcas. Una metodología que se encuentra en proceso de transformación para conseguir que el uso real tenga un mayor peso específico en estas homologaciones.

CAPACIDAD DEL MALETERO

Otro dato que distancia la teoría de la práctica. Es necesario un elemento unificador de mediciones y es el que usan los fabricantes, pero la capacidad del maletero publicada no siempre es la que finalmente disfruta el usuario.

El método más extendido es el denominado VDA, consistente en introducir en su interior la mayor cantidad de paralelepípedos de un litro de volumen, obteniéndose así una referencia bastante aproximada de su capacidad.

Sin embargo, en un uso real del maletero influyen las formas de sus paredes, las aristas que presente, la forma de la tapa y otras características que condicionan su funcionalidad.

PRESTACIONES

Tampoco suele haber una correlación plena entre las prestaciones (velocidad máxima, aceleración o recuperaciones) de las que presumen los fabricantes y las que obtendrá el conductor de un coche nuevo.

El motivo es reincidente: las condiciones en las que se realizan las mediciones de los nuevos modelos se acercan a las ideales (orografía, superficie, temperatura, viento…), que obviamente no siempre serán de las que encontremos al conducir en carreteras convencionales.

Aunque en este caso sí que existe la posibilidad de que los registros logrados por los conductores mejoren a los homologados, siempre que esas condiciones resulten más favorables.

CONECTIVIDAD

Uno de los argumentos tecnológicos más de moda entre los fabricantes es el de la conectividad. Es lógico, puesto que los automovilistas requieren disponer en sus vehículos de una parte de los servicios que les ofrecen los dispositivos móviles, bien sean simples llamadas telefónicas o mensajería, pasando por la música o la navegación.

Sobre el papel, la compatibilidad entre los principales sistemas operativos móviles y la mayoría de los dispositivos multimedia de última generación es completa, pero en la práctica no siempre es así.

Sea a través de una conexión por cable USB o inalámbrica Bluetooth, a menudo el teléfono y el equipo no se entienden bien o todas las funcionalidades se encuentran operativas. Asegurarse de ello (si es posible probándolo) antes de tomar la decisión de compra es una buena costumbre.

GARANTÍAS EXTENDIDAS

La garantía mínima legal para cualquier producto en el mercado español es de dos años. Partiendo de esa obligatoriedad, muchos fabricantes ofrecen ampliaciones para un coche nuevo que en algunos casos llegan hasta los siete años, pudiendo ser gratuitas o con un coste añadido para el cliente. Es imprescindible conocer con detalle las condiciones de las denominadas garantías comerciales para evitar sorpresas desagradables.

Al tratarse de un producto particular de cada marca ya no existe un servicio legislado. Lo esencial es saber qué cubre esa ampliación de garantía, a qué compromete al cliente para su aceptación y si es el propio fabricante o un tercero quien se hará cargo de las posibles incidencias.












(Vanguardia)