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Más sanciones de EU a funcionarios rusos por el caso Crimea

El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores denunció una campaña "absurda", después de que el Departamento del Tesoro anunciara las nuevas sanciones y dijo que se reserva el derecho a una "respuesta".





27 de Enero de 2018 a las 11:17 hrs -- Centinela Digital
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Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra funcionarios rusos que enviaron a Crimea turbinas para generar energía, al igual que a varios "ministros" separatistas en esa región del este de Ucrania que fue anexada por parte de Moscú.

Las turbinas fueron fabricadas por la alemana Siemens para ser entregadas a Rusia, pero este país luego envió los equipos a Crimea, la región que anexó a su territorio en 2014.

"El gobierno estadounidense está comprometido a preservar la soberanía e integridad territorial de Ucrania y a señalar a aquellos que intentan socavar los acuerdos de Minsk", firmados a inicios de 2015 para intentar resolver el conflicto, declaró el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, en un comunicado.

Estas sanciones financieras apuntan a 21 personas y nueve entidades.

"Aquellos que proporcionan bienes, servicios o un apoyo material a las personas y entidades sancionadas por Estados Unidos debido a sus actividades en Ucrania, se exponen ellos mismos a las sanciones estadounidenses", agregó.

El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores denunció este viernes una campaña "absurda", después de que el Departamento del Tesoro anunciara las nuevas sanciones y dijo que se reserva el derecho a una "respuesta".

Es "una campaña de sanciones absurda que no condujo y no conducirá a ningún resultado", declaró el ministerio en un comunicado. "Si las autoridades estadounidenses prefieren romper los vínculos económicos [...] con Rusia, están en su derecho, al igual que nosotros nos reservamos el derecho a una respuesta", subrayó.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, previno a fines de 2017 que el conflicto ucraniano seguía siendo "un obstáculo persistente". "Jamas vamos a tener relaciones normales sin una solución en Ucrania", fustigó, prometiendo mantener las sanciones en tanto Rusia no resuelva los actos que "las generaron".

Acostumbrados a las sanciones



El viceministro ruso de Energía, Andreï Tcherezov, y un jefe de servicio de su cartera también fueron sancionados. Ambos ya fueron blanco de castigos de la Unión Europea por haber desviado las turbinas de Siemens hacia Crimea, que vive cortes masivos desde su anexión a Moscú.

Sergueï Topor-Gilka, director general de Technopromexport, filial del conglomerado estatal ruso Rostec y que adquirió las turbinas, también fue sancionado.

"Estamos acostumbrados a vivir bajo sanciones. Es una vergüenza que esa presión y ausencia de diálogo, se haya convertido en el principal instrumento de las relaciones exteriores", dijo un portavoz de Rostec a la agencia de noticias Interfax.

La transferencia de estos aparatos es contraria a los contratos de venta, recordó el departamento del Tesoro, estimando que podría contribuir a la anexión de ese territorio a Rusia "fortaleciendo una fuente independiente de energía a Crimea y Sebastopol".

Las nuevas medidas afectan en primer lugar a once funcionarios separatistas: "ministros" de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lougansk, en el este de Ucrania, y al "gobernador" de Sebastopol, en Crimea, todos acusados de obstaculizar la paz o de ejercer funciones gubernamentales en territorio ucraniano pero sin la autorización de Kiev.

El presidente de la comisión de Asuntos internacionales de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, Léonide Sloutsky, consideró también "altamente negativas" estas nuevas sanciones, estimando que "minan más la relación ruso-estadounidense", y diciéndose "convencido" de que acarrearan una "respuesta" por parte de Moscú.

Solo un puñado de países aliados a Rusia han reconocido su anexión de Crimea, pero Naciones Unidas, Estados Unidos, Ucrania y varios países rechazan esta medida.

Las relaciones entre las dos grandes potencias están en su nivel más bajo. El acercamiento esperado y prometido por Donald Trump y por su homólogo ruso Vladimir Putin por ahora es letra muerta, ensombrecido por las acusaciones de injerencia rusa en las presidenciales de 2016 en Estados Unidos y las sospechas de colusión entre el equipo de campaña del magnate republicano y el Kremlin.













(El Economista)