Este el caso de William Córdoba, de 57 años de edad, quién se atrevió a denunciar el abuso sexual al que era sometido por una ex-empleada de la cárcel.

Córdoba, fue condenado a cadena perpetua, por robo y asesinato en la prisión estatal de San Quintín en California, pero eso no le impidió callar la injusticia y el abuso en el que vivía.

Según la víctima, los abusos comenzaron en el 2010 cuando al recluso le tocó trabajar en la oficina de Silvia Pulido, quién en ese momento era la instructora de un programa vocacional para reclusos, en primera instancia William, aceptó con la promesa que la mujer le ayudaría con abogados para reducir su estancia en prisión.

Después de un tiempo, Córdoba intentó poner fin a la relación, al no ver cambio y avances en su proceso legal, así que decidió denunciar a Silvia Pulido por abuso sexual.

Durante el juicio los abogados de la empleada de la prisión calificaron las denuncias de Córdoba de “delirantes”, pero un jurado compuesto de ocho personas falló a favor del recluso, finalmente, la indemnización ascendió a 15.414 dólares por daños compensatorios y a 50.000 por daños punitivos.

“No se habría tomado tan en serio hace cinco años, pero ahora las personas están dispuestas a desafiar a la autoridad y tomar en cuenta las denuncias de las personas desposeídas por la sociedad”, aseguró el abogado del preso, Ben Rothstein.











(vivanicaragua)