Una nutrición adecuada es fundamental para disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles, por tal razón, la Secretaría de Salud de Gobierno del Estado recomienda a la población adquirir y fomentar hábitos alimenticios saludables.
Debido a los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo la población es propensa a padecer enfermedades como las cardiovasculares, respiratorios, cáncer y diabetes, entre otras.
La mala nutrición disminuye la inmunidad, por lo que se es más propenso a padecer alguna afectación en la salud, incluso en la etapa joven afecta al desarrollo físico y mental, por lo tanto la productividad.
Para lograr una alimentación sana y balanceada, los especialistas del sector salud recomiendan incluir en la alimentación diaria productos como la carne, huevo, pecado, leche y sus derivados, así como frutas, verduras, cereales y grasas.
Reducir la ingesta de grasas saturadas que proviene de la manteca o grasas sólidas y sustituirla por grasas insaturadas como el aceite de oliva, así como de azúcares y bebidas azucaradas y optar por el uso de sustitutos como la miel.
Asimismo, disminuir el consumo de sodio, es decir, sal de mesa; consumir mínimo 3 comidas al día y considerar 2 colaciones e ingerir por lo menos 2 litros de agua simple potable diariamente.
La guía de una buena alimentación establece que la mitad del plato debe contener vegetales, un cuarto de granos integrales y el resto de proteínas magras, lo que aportará suficientes vitaminas y menos calorías, sensación de saciedad y estabilizar los niveles de azúcar.
Combinar la actividad física reforzará la prevención de enfermedades, pues fortalece lo huesos y músculos, así como la condición física y social.
Se recomienda que al menos por día se realicen de 30 a 40 minutos de actividad física, esta puede ser aeróbica y/o de resistencia, o bien desempeñar algún deporte como la natación, futbol, basquetbol, etc.