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5 estrategias para reducir los síntomas de la alergia al polen sin usar medicamentos

Con la llegada de la primavera y el inicio del verano, el césped se torna verde, los árboles renuevan sus hojas y los parques y jardines se llenan de flores.





22 de Mayo de 2018 a las 10:50 hrs -- Centinela Digital
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Sin embargo, para quienes sufren la llamada fiebre del heno o más genéricamente alergia al polen, la temporada primaveral puede ser una verdadera pesadilla.

Esta alergia —que afecta a millones de personas en todo el mundo— es una reacción a las esporas de los hongos y a las partículas de polen que liberan las plantas y los árboles como parte de su ciclo reproductivo.

Los síntomas más comunes son estornudos y tos e inflamación de la mucosa nasal, que causa congestión y goteo en la nariz e irritación de los ojos.

El inicio de los síntomas está vinculado a qué somos alérgicos específicamente: al polen de los árboles o al del pasto y a qué especie de planta en particular, ya que cada una de ellas son polinizadas en distintos meses del año.



Aunque actualmente no tiene cura, la alergia al polen puede controlarse. Hay diversos medicamentos (aerosoles nasales, descongestionantes y antihistamínicos) que se venden en la farmacia para reducir los síntomas.

Pero si prefieres no recurrir a la medicación y los síntomas que padeces son leves, puedes mantener la alergia a raya evitando las situaciones que desencadenan esta reacción en tu cuerpo.

Aquí te damos algunos consejos para sobrevivir a la miseria del polen.

1- Consulta el conteo de polen en el pronóstico meteorológico
Si las autoridades de tu país lo hacen público, consulta el conteo de polen en el pronóstico meteorológico.

Esta es una medida que especifica el número de granos de polen por metro cúbico de aire. De acuerdo a la Met (la Oficina Meteorológica de Reino Unido), cuando esta cifra supera los 50, las personas alérgicas pueden desarrollar síntomas.

También presta atención al clima, ya que este afecta cuánto polen liberan árboles y plantas, y cómo se distribuye.

En días húmedos y ventosos, el polen se esparce fácilmente, pero cuando llueve, el aire se despeja.

En los días de verano, por ejemplo, el conteo es más elevado cuando cae la tarde.




(BBC Mundo)