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Trump vs lactancia materna; busca favorecer empresas

En la Asamblea Mundial de Salud, EU se opuso a promover la lactancia materna y chantajeó a países que apoyaron la iniciativa; al final, la oposición rusa derrotó a EU





10 de Julio de 2018 a las 14:38 hrs -- Ariana Rodriguez
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La delegación de Estados Unidos asistente a la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, antepuso los intereses de los fabricantes de fórmula para lactantes e intentó modificar o descartar la resolución de “proteger, promover y apoyar la lactancia materna”, así como restringir la promoción de fórmulas alimenticias para lactantes que, según expertos, pueden tener efectos nocivos en los niños pequeños.

Cuando esas medidas fueron rechazadas por la Asamblea, los estadunidenses comenzaron a recurrir a amenazas y Ecuador, país que tenía planeado introducir la medida, fue el primero en ser advertido: si se negaba a abandonar la iniciativa, Washington desataría medidas comerciales punitivas y retiraría la crucial ayuda militar.

Los activistas sanitarios se movilizaron para encontrar otro patrocinador de la resolución, pero al menos 12 países, todos ellos naciones pobres de África y Latinoamérica, se deslindaron, al argumentar el temor a represalias.

“Estábamos asombrados, horrorizados y también tristes”, dijo Patti Rundall, directora de políticas del grupo británico Baby Milk Action, quien ha asistido a reuniones de la asamblea en Ginebra desde finales de la década de los ochenta.

“Lo que pasó fue equivalente a un chantaje, con EU tomando al mundo de rehén y tratando de revertir casi 40 años de consenso sobre la mejor manera de proteger la salud de los bebés y los niños pequeños”, dijo.

Al final fueron los rusos quienes decidieron encabezar la medida y así los esfuerzos estadounidenses no tuvieron éxito. Un estudio publicado en 2016 en The Lancet reveló que la lactancia materna universal podría prevenir 800 mil muertes infantiles al año en todo el mundo y generar un ahorro de 300 mil millones de dólares por reducción de costos de atención a la salud para quienes son alimentados con leche materna.

El Departamento de Estado estadunidense se negó a comentar al respecto, mientras el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la agencia principal en el esfuerzo por modificar la resolución, explicó así la decisión de oponerse a la redacción de la resolución:

“La redacción original de la resolución ponía obstáculos innecesarios a las madres que buscan proporcionar una buena nutrición a sus hijos”, asentó un vocero del Departamento de Salud en un correo electrónico. “Nosotros reconocemos que no todas las mujeres pueden amamantar, por distintos motivos. Estas mujeres deben poder escoger y tener acceso a alternativas para la salud de sus bebés, y no ser estigmatizadas por las maneras en que pueden hacerlo”, asentó el funcionario en el mensaje, aunque prefirió mantener el anonimato.

La intensidad de la oposición del gobierno de Donald Trump a la resolución sobre lactancia materna asombró a los funcionarios de salud pública y a los diplomáticos extranjeros, quienes la describieron como marcadamente contrastante con la postura del gobierno de Obama, que apoyaba de manera importante la política que la OMS ha sostenido desde hace tiempo de alentar la lactancia materna.

La industria de alimentos para bebés tiene un valor de 70 mil millones de dólares, y está dominada por un puñado de empresas estadounidenses y europeas que han visto una reducción de sus ventas en los países ricos en los últimos años, al avanzar entre más mujeres la práctica de la lactancia materna.

Los poderosos corporativos esperan que las ventas globales aumenten un cuatro por ciento en 2018, concentrándose en que ese crecimiento tenga lugar en países en vías de desarrollo.




(Milenio)