La versión de las autoridades capitalinas es que una de cada cinco estaciones de servicio tuvo que cerrar debido a que no contaban con gasolinas ni diésel.

A mediodía, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, señaló que, de acuerdo con reportes de Pemex, ayer amanecieron cerradas 103 gasolineras, pero que, en el transcurso del día, algunas de éstas habían recibido pipas de Pemex y que sólo 85 continuaban con problemas de desabasto.

Sin embargo, en la tarde-noche la situación se agravó, pues muchas de las estaciones de servicio que por la mañana brindaron servicio, por la tarde cerraron debido a que se les acabaron las gasolinas y el diésel.

En otras, donde aún contaban con estos productos, las filas de vehículos en algunos casos llegaron a ser de hasta dos kilómetros y el tiempo de espera de hasta dos horas y media.

Tal fue el caso de la estación de servicio ubicada frente al centro comercial Gran Sur, en el que la fila ocupó uno de los carriles laterales de Periférico hasta su entronque con Viaducto Tlalpan, o el caso de la estación ubicada en Eje 10 Sur, donde la fila llegó hasta la avenida Aztecas.

También fue el caso de la estación de servicio ubicada en avenida Pacífico y Miguel Ángel de Quevedo, donde los automóviles llegaron hasta la calle Carrillo Puerto y el tiempo de espera fue de casi tres horas, hasta que finalmente también fue cerrada al acabarse los combustibles.

Desesperados, los propietarios de vehículos para el transporte particular, público o de carga, iniciaron desde temprana hora la búsqueda de combustible en las gasolineras. Se movilizaban en Iztapalapa, Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Coyoacán, Gustavo A. Madero o la alcaldía de Cuauhtémoc.

“Llevo más de una hora haciendo fila para cargar gasolina, no es una compra de pánico, de verdad la necesito porque ya para mañana no tengo suficiente. He pasado por dos o tres gasolineras y, o están cerradas o de planto las filas están peor”, acusó Margarita López, secretaria.

En tanto que en la zona sur de la capital las opciones se empiezan a agotar, pues la mayor parte de las estaciones de servicio ya han cerrado sus puertas y se puede apreciar a automovilistas muy molestos que, incluso, han protagonizado connatos de enfrentamientos por un lugar en la fila.

Temprano, Sheinbaum Pardo aseguró que “no hay escasez de combustibles, es más bien el cambio en la logística de distribución, combinado con un incidente en el ducto que viene de Tuxpan a Azcapotzalco, lo que ha afectado a la Ciudad de México”.

Sin embargo, la Coparmex-CDMX solicitó a la jefa de Gobierno que gestione ante las autoridades federales el pleno abasto para las estaciones de servicio expendedoras de gasolina en la Ciudad de México, con el fin de evitar una potencial paralización de la economía, compras de pánico y, sobre todo, la afectación para las familias capitalinas.


(El Financiero)