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No nos duele reconocer que hay violencia de género en la UNAM: Graue

'Necesitamos eliminar la violencia de género de nuestra institución y no nos duele reconocerlo, sí tenemos violencia de género', dijo el rector de la UNAM ante el reproche de una consejera.





13 de Febrero de 2019 a las 08:46 hrs -- Ariana Rodriguez
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El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, reconoció que en la máxima casa de estudios existe violencia de género, por lo que aseguró “necesitamos eliminarla de nuestra institución”.

Durante la primera sesión del año del Consejo Universitario, el rector aseguró a los consejeros que a las autoridades universitarias “no nos duele” reconocer que existe violencia de género al interior de la universidad, por lo que es necesario mejorar el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM.

“Necesitamos eliminar la violencia de género de nuestra institución y no nos duele reconocerlo, sí tenemos violencia de género”, dijo ante el reproche de la consejera universitaria Sarahí Hernández que cuestionó el porqué no se reconocía que el protocolo no funcionaba.

“¿A qué le tenemos miedo?, ¿a la crítica publica?, es una pena que nos duela más el prestigio de la universidad, que nos duela menos que hay mujeres violadas allá afuera, que hay compañeros desaparecidos y compañeras asesinadas”, dijo la consejera.

Al respecto, el rector aseguró que el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género instaurado en 2016 puede ser modificado y perfectible, por lo que la Comisión Especial de Equidad de Género ha recopilado sugerencias a las mismas.

“Esto (la violencia de género) lo hemos enfrentado y lo seguiremos enfrentando, hemos reconocido que el protocolo tiene que mejorar… y mejorará las veces que sea necesario”, afirmó.

La presidenta de la Comisión Especial de Equidad de Género, Leticia Cano, explicó que las sugerencias que han recibido sobre el protocolo son: la posibilidad de aumentar la temporalidad para interponer denuncias en casos de violencia de género; la revisión de los procedimientos alternativos centrados en las necesidades de las víctimas; la revisión del principio de confidencialidad; la solicitud de las autoridades competentes de incluir la perspectiva de género en los casos que conozcan y resuelvan, y la posibilidad de establecer sanciones en el propio protocolo.


(El Financiero)