Thane, un pequeño de 11 años, hizo todo lo posible para comprar unos lentes para su mejor amigo. Realizó labores en el hogar y trabajó para sus vecinos.

Lo especial de la historia es que no eran unos lentes cualquiera, sino unas gafas especiales para el daltonismo.

Su madre no se imaginaba para qué juntaba dinero hasta que el niño le contó la razón: Quería unos lentes para que Tyler pudiera ver los colores.

Al juntar 100 dólares (casi 2 mil pesos) fue con su mamá a comprar las gafas que ayudan a corregir la distorsión de los colores que hace que los ojos no perciban todas las pigmentaciones como realmente son.

Una vez que las tuvieron en sus manos no pudieron esperar para sorprender a Tyler.

Al momento de usar sus gafas por primera vez, Tyler quedó totalmente impresionado. Tomó el pañuelo de arco iris que venía con los anteojos y no podía creer lo que estaba viendo.



(Enfoque Noticias)