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Creedence Clearwater Revisited se despiden de México

La banda, desde hace décadas sin el cantante John Fogerty, dijo adiós a los escenarios mexicanos anoche





28 de Febrero de 2020 a las 09:32 hrs -- Centinela Digital
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La historia de Creedence Clearwater Revisited dejó anoche su último capítulo en la Ciudad de México.

Ayer se terminó. Doug Clifford y Stu Cook no van más bajo este nombre, uno lleno de historia, de pleitos, controversias, demandas, enemistades, pero sobre todo de nostalgia por revivir la gloria que levantaron junto a los hermanos Fogerty, y se llamaban Creedence Clearwater Revival.

La sombra de John Fogerty no aparece más. Décadas distanciados han brindado resignación al público. Entre pláticas se escucha su nombre alrededor del Palacio de los Deportes. Se preguntaban por qué no perdonarse para una última gira. Una respuesta que jamás obtendrán.

Doug y Stu siempre han argumentado que es demasiado tarde. Ellos se ven muy cómodos sobre el escenario tocando junto a Dan McGuinness, el vocalista que después de cantar Who’ll Stop the Rain se disculpó por no hablar español. “¡Gringo no comprendo!”.

Esto salvó mi vida”, dijo Stu. Con el paso de los años, él Doug han mantenido una buena hermandad. Se notó en el abrazo que prolongaron más de lo normal.

Y a los fans eso les llegó, porque son un par de hombres que a pesar de separarse de su vocalista original, supieron mantener esas canciones que a los mayores de 50 años los hace sentir como en sus mejores tiempos.

Kurt Griffey, el más joven de la banda, preserva la magia blusera del grupo en la guitarra, llama al trago de bourbon con las cuerdas de I Put a Spell on You. Se ven celulares, pero pocos, posiblemente de los más jóvenes, ya que la vieja escuela lo vivió como se debe, en directo y sin nada de por medio. Lo mismo pasó con Down on the Corner.

Los de El Cerrito, California, no podían dejar fuera el country. Es parte de su herencia musical y de lo que dejan a la música estadunidense, pues sin duda son un pilar dentro del cancionero de las barras y las estrellas. Así llegó Lookin’ out My Back Door y Heard It Through the Grapevine, ésta de Gladys Knight & The Pips.

La historia le ha rendido a Creedence buenas cuentas. Son parte del Salón de la Fama del Rock & Roll. Y pilares sí son. Kurt sin duda pudo crecer en los sesentas junto a ellos y ser el quinto. Sus solos eran juventud pura, eran la máxima expresión del rock clásico y la explosión de rebeldía que el género aún conserva. Se le aplaudió su bestial manera de tocar, una y otra vez, se estaba llevando la despedida.

Stu hizo lo propio en el bajo, a su ritmo obviamente, pero a los 74 años no le pidió nada a ningún otro músico. Las canas tienen más poder que la juventud. El protagonismo instrumental era superior a la voz de McGuinness hasta ahora, mas no menospreciada. Dan puso a cantar al Domo de Cobre con Midnight Special.

Y llegaron los hits. Bad Moon Rising por delante. “¡Fuerte!”, les gritó Dan, pues se cantaba tímidamente, ya con Proud Mary explotaron. “Rollin’ on the river”, coreaban. Creedence no pierde el toque, la vejez se queda en los cerros.

Un éxito tras otro, recuerdo tras recuerdo hasta llegar a Fortunate Son. Esa energía a los setenta años todo mundo la anheló, quizá por eso simulaban tocar una lira, un bajo o darle con todo a la batería. Así se vivió una noche de rock and roll puro.

Llegó el momento de jalar aire. Apenas un par de minutos. Ni tiempo para ir al baño porque Stu sacó la foto del recuerdo con su celular, mientras un chelero gritaba “emborráchense”. Ni mandada a pedir la sugerencia porque un don y su hijo le compraron las cuatro chelas de su charolita.

Ya apaciguada la sed, se pudo cantar una de las más esperadas de la noche, Have you ever Seen the Rain?

Pero necesitamos su ayuda”, pidió Stu. Y sus deseos se sobrepasaron. Todos cantaron. Sin duda el momento que definió la noche. Se erizó la piel de escuchar a tantas personas entregadas a una leyenda.

Y así llegó el final de Creedence Clearwater Revisited, con Travelin’ Band y Up Around the Bend.

(Excélsior)