Las aspiraciones independentistas del gobierno escocés recibieron un duro revés este miércoles del Tribunal Supremo de Reino Unido, que ha rechazado por unanimidad que se pueda convocar un referéndum de independencia sin la autorización del Parlamento británico.
El gobierno nacionalista liderado por Nicola Sturgeon había fijado una fecha para celebrar una nueva consulta ciudadana sobre la independencia de Escocia, el 19 de octubre de 2023.
Sin embargo, el Tribunal Supremo considera que esta cita "tendría consecuencias políticas importantes" y ha concluido que el Parlamento escocés "no tiene potestad para legislar sobre un referéndum de independencia de Escocia".
La ministra principal de Escocia y líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), se ha mostrado decepcionada, aunque ha asegurado "respetar" la decisión del Tribunal.
En un mensaje en Twitter, Nicola Sturgeon ha advertido que seguirá peleando para que los escoceses puedan celebrar una consulta: "En una democracia, nuestra voz no puede y no será silenciada".
A pesar de ello, ahora mismo al independentismo escocés le quedan pocas opciones legales para sacar adelante una consulta si no consigue convencer al gobierno británico. Algo que, al menos a corto plazo, no parece que vaya a suceder.
En su dictamen, el Tribunal Supremo ha considerado que el proyecto de ley que había presentado el parlamento escocés para celebrar un referéndum, está relacionado "con los asuntos reservados".
Es decir, que la propuesta de plebiscito es una cuestión de índole constitucional y, por lo tanto, forma parte de las competencias reservadas al parlamento británico.
Estas competencias se determinaron en la Ley de Escocia de 1998, por la que se formó el parlamento autónomo de este territorio. Según esta Ley, Holyrood, como se conoce el órgano legislativo escocés, no tiene poder sobre cuestiones constitucionales, como la que atañe a la unión entre Escocia e Inglaterra.
Solo el Parlamento británico puede decidir sobre esta cuestión así que, si no hay acuerdo entre ambos, Holyrood no puede celebrar unilateralmente un plebiscito de independencia.
(El Universal)