Durante las primeras tres horas del miércoles, los vientos del huracán "Otis", categoría 5, empujaron todo lo que encontraron a su paso en las costas de Guerrero. La lluvia, intensa, bañaba lo que las ráfagas dejaban en las calles, en la arena y en los cerros.
La Autopista del Sol, carreteras y veredas resultaron afectadas. Dos puentes rotos y la suspensión de electricidad e internet. Se reportaba un inmenso e incalculable daño material, pero no había datos de pérdidas humanas.
Acapulco fue destrozado.
Quedó sin servicio de agua potable. Incomunicado y aislado. Los accesos por tierra tapados por deslaves. Por aire, tampoco podía accederse tanto por el clima lluvioso y de ventarrón y porque el aeropuerto quedó inutilizado.
Hoteles, comercios, restaurantes, condominios y viviendas pequeñas y humildes quedaron hechas cascarón desnudadas por ráfagas que alcanzaron hasta 315 kilómetros por hora.
(REFORMA)