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¿Cuál es la historia detrás de los chiles en nogada?

Los chiles en nogada son de origen poblano, creado por por monjas agustinas del convento de Santa Mónica.





16 de Septiembre de 2014 a las 14:35 hrs -- Centinela Digital
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Todos nos hemos comido un chile en nogada y más en estas épocas que deleitarnos con la comida mexicana se convierte en una forma obligada de celebrar las fiestas patrias, ¿pero qué es un chile en nogada?, ¿a quién se le ocurrió la receta? y ¿desde cuando existe este platillo?, la próxima vez que te comas unos chiles en nogada, la experiencia no será la misma.

El platillo se prepara con chile poblano relleno de un guisado de picadillo y frutas, cubierto con crema de nuez, perejil y granada, con lo cual se simbolizan los tres colores de la bandera de México. Ha sido considerado internacionalmente uno de los más finos y representativos platillos de la alta cocina mexicana.

Se sabe que los chiles en nogada datan de 1821, año en el cual Agustín de Iturbide firmó el Acta de Independencia de México y de los Tratados de Córdoba.

El platillo es de origen poblano, creado por por monjas agustinas del convento de Santa Mónica como un homenaje y agradecimiento a Agustín de Iturbide precisamente por la firma del Acta de Independencia de México.

Tomaron unos chiles poblanos, los asaron, pelaron y los limpiaron muy bien por dentro y a continuación procedieron a rellenarlos con un picadillo rico en ingredientes y sabores a base de carne de cerdo, jitomate, cebolla, ajo, frutas de la estación, nueces, almendras, piñones y diversas especias. Ya sólo faltaba, entonces, preparar la salsa con la que iban a cubrirlos, y qué mejor que hacer una muy original a base de nueces de Castilla frescas. Pusieron manos a la obra y lo primero que hicieron fue pelarlas perfectamente, quitándoles hasta el último pellejito de la delgada piel que las cubre, luego las molieron en el metate con queso fresco y un poco de azúcar; una vez bien remolida, la mezclaron con leche, le añadieron un poco de vino jerez y quedó lista: ni muy espesa ni muy aguada, con el punto perfecto para cubrir los chiles. Ahora sólo faltaba terminar el platillo. Capearon los chiles con huevo batido, los frieron, los acomodaron en sendos platones, los bañaron con la salsa y adornaron con rojos granos de granada y hojas de perejil, para lograr así los colores de la bandera.

Según la tradición, el local donde se festejó el regreso de a Agustín de Iturbide, fue engalanado con los tres colores de la naciente bandera mexicana ideada por el propio personaje: verde (independencia), blanco (religión), y rojo (unión).

Las monjas de Puebla, contagiadas del espíritu y el fervor patrio que reinaba en esos días, decidieron preparar un platillo que contuviera los tres colores de la bandera y mezclaron los sabores dulce y salado con más de veinte ingredientes, aunque la sofisticación del plato exige hoy hasta cincuenta.

Si eres de los pocos mexicanos que no han probado los chiles en nogada, aprovecha estas fiestas patrias y celebra con un platillo lleno de historia mexicana.










(Periódico AM)