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Tumba de bebé en panteón de Acapulco siempre está llena de juguetes

En el panteón de San Francisco, el más antiguo de Acapulco, desde hace siete años, la tumba de Raulito González no está sola, siempre tiene compañía y está llena de juguetes.





31 de Octubre de 2014 a las 10:57 hrs -- Centinela Digital
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A Raulito González, quien nació el 2 de abril de 1932 y falleció el 2 de febrero de 1933, a la edad de 10 meses, se le conoce como el niño milagroso.

Junto con sus restos están también los de su hermano, Elivier González, quien nació el 22 de junio de 1933 y falleció el 19 de julio de 1933.

La tumba es la más limpia, la más visitada, siempre está llena de flores, veladoras y juguetes, que a veces han tenido que ser donados a los niños más necesitados.

Desde hace siete años, en el panteón de San Francisco, que abrió sus puertas en 1825, es objeto de emotivos actos de fe y que son recompensados por centenares de juguetes, principalmente muñecos de peluche y carritos.

Susana Curiel García, administradora de ese cementerio desde hace 21 años, relató que en junio del 2007, llegó una mujer llorando con una pequeña de cuatro años en brazos y que según los médicos le dijeron que ya no se podía hacer nada por su hija, quien ya había sufrido dos infartos.

La madre desconsolada, le pidió ayuda y que le informara cuál era la tumba de un niño que haya sido completamente abandonado por sus familiares y que no tuviera ni flores, ni agua, ni veladoras.

Doña Susana, dice que ella le señaló la tumba de Raulito, que estaba polvorienta, maltratada, llena de basura y moho.

La madre con la pequeña desahuciada en brazos se quedó como una hora y media en la tumba de Raulito, se hincó y empezó a orar.

Después, la mujer, proveniente de la comunidad de El Paraíso, parte alta de la Sierra de Atoyac de Álvarez se fue con la promesa de que si su hija se salvaba iba a regresar a dar las gracias.

Al mes y medio, la señora regresó con la pequeña caminando, con un arreglo de flores natural y otro artificial, una bolsa de juguetes y dulces para darle gracias a Raúl por el milagro concedido.
La historia de este milagro, se dio a conocer en los medios locales de Acapulco.

Posteriormente, un segundo milagro se concedió a un agente de Tránsito y según Susana, relata que este trabajador de la Secretaría de Seguridad Pública municipal estaba a punto de morir, cuando su vehículo se quedó sin frenos.

El agente de Tránsito, pidió al bebé por su vida, en ese momento de desesperación, cuando estaba a punto de perder la vida y se salvó.

Luego de los hechos y el haber salvado su vida, el agente acudió al panteón de San Francisco a dar gracias al niño y le arregló su tumba, porque ya estaba agrietada con el tiempo de los años.

Los casos de un herrero; una familia, integrada por cuatro personas que según los médicos les dieron poco tiempo de vida; la señora que con su hija en brazos le pidió por la vida de su niña y el agente son los primeros milagros que hizo Raulito, y que fueron con pagados con regalos y la elaboración de una casita de herrería con techo de lámina.

Doña Susana dice que desde 8 de julio del 2007, diariamente, Raulito es visitado por personas que quieren conocer su tumba o vienen a pedir un milagro y sus mandas son pagadas con juguetes, dulces, veladoras y flores.

El sepulcro está rodeado por otras 4 mil criptas que están en completo abandono y con más de 200 años de historia en el Panteón de San Francisco que abrió sus puertas en 1825.

La administradora del camposanto, señaló que el 2 de abril, día del cumpleaños del pequeño y el 1 de noviembre, Día de Todos Santos, la visita para ver la tumba de Raulito se incrementa entre 50 a 100 personas diarias.

Añadió que la cripta se llena aún más de juguetes, al día recibe entre 10 a 30 personas diarias cuando no es su cumpleaños o Día de Muertos.

Asimismo, apuntó que la gente tiene fe y esperanza en el pequeño, a quien consideran como el niño milagroso.



(Notimex)