La medida de fuerza fue muy amplia, de acuerdo a datos de la confederación de sindicatos del sector público (ADEDY), cuyos trabajadores fueron los más implicados en la protesta, según informó la agencia de noticias EFE.

En su punto álgido, la huela sumó a los ferrocarriles, que no circularon, así como el metro, el tranvía metropolitano y los autobuses, que lo hicieron sólo en ciertas franjas horarias.

También se sumaron trabajadores de las instituciones locales, los maestros y profesores y los empleados de Hacienda y Justicia, así como los hospitales, que funcionaron con servicios mínimos y guardias puntuales.

La confederación de sindicatos del ámbito privado (GSEE) señaló que la participación fue hasta un 20% mayor que en la anterior convocatoria, pues se adhirieron el transporte marítimo y el aéreo, que canceló todos los vuelos de las compañías que operan en Grecia.

La población griega, hastiada tras seis largos años de crisis y azotada por el alto nivel de desempleo de más del 25%, vive con ésta la segunda huelga general del año y la número 30 desde mayo de 2010, cuando se puso en marcha el primer rescate.

El clamor unánime de las columnas de la marcha central, a la que acudieron entre 25.000 y 30.000 personas según la Policía y entre 35.000 y 40.000 de acuerdo con los organizadores, fue el rechazo a los recortes, que provocaron el empobrecimiento de los clases trabajadoras.

"Contra la pobreza y el desempleo", "La única ley vigente es el derecho del obrero" fueron algunos de las consignas más escuchadas en medio de las miles de pancartas que expresaban el rechazo a las políticas de la Unión Europea (UE) y a las medidas que exigen la liberalización del despido.

"No al medievo laboral" o "Contrato colectivo ya" decían algunas de ellas.

La movilización se produce en momentos en que el Gobierno anunció hoy la posibilidad de que se prolongue el actual programa de rescate, buscando darse un respiro en las negociaciones que mantiene con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional y que incluyen temas muy sensibles.

Entre éstos, se destaca el despido antes de finales de año de 5.500 empleados públicos, además de la reforma de la legislación laboral que permita el despido libre o una nueva reducción de las pensiones.

Además, de cara a 2015, Grecia contempla un nuevo préstamo en forma de línea de crédito preventiva que conllevará más condiciones, lo que pone a la coalición gubernamental en una situación muy comprometida, pues tiene la vista puesta en la posible celebración de elecciones anticipadas a inicios de 2015, cuando el Parlamento debe elegir al nuevo presidente de la República.

El candidato gubernamental necesita el voto de 180 diputados de una Cámara con 300, un objetivo difícil de alcanzar para el Gobierno, a quien todas las encuestas sitúan detrás del principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, de Alexis Tsipras.

En caso de que fracase la votación, la Constitución fija la convocatoria anticipada de comicios.









(Télam)