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Navidad más allá del pino

El pino es el rey de estas fiestas, pero otras plantas, como el acebo, el muérdago o la delicada nochebuena, también aportan a la decoración del hogar un toque navideño y acogedor.





15 de Diciembre de 2014 a las 09:58 hrs -- Centinela Digital
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La Navidad comienza cuando el pino llega a casa. Decorarlo con bolas, ponerle luces y cargarlo de adornos es el primero de todos los rituales que se sucederán a lo largo de las fiestas.

Hay muchas versiones sobre el origen de la costumbre de decorar un árbol para celebrar la Navidad. Una de las historias más extendidas cuenta que, en la noche de Navidad, un sacerdote alsaciano solía repartir alimentos y ropa entre los más desfavorecidos. Pero una vez, mientras preparaba estos paquetes, se le ocurrió colgarlos en un abeto próximo a la iglesia. La idea les gustó tanto a sus fieles que, desde entonces, el árbol se convirtió en el centro de las fiestas navideñas.

Otra versión sitúa el nacimiento de esta costumbre en la celebración germana del nacimiento de Frey, el dios nórdico del sol naciente, la lluvia y de la fertilidad, que tenía lugar en una fecha cercana a la actual Navidad.

Con motivo de esta conmemoración, los germanos adornaban un árbol perenne. Cuando el cristianismo llegó a esas tierras, esta antigua costumbre nórdica se transformó en lo que hoy conocemos como árbol de Navidad.

Hay otras muchas hipótesis relacionadas con el solsticio de invierno, con distintos mitos o con historias de santos cristianos. Pero, sea cual sea su origen, hoy el pino de Navidad tiene un papel muy destacado en el hogar durante estas fiestas.

ABETOS Y ACEBOS

Cuando llega la hora de elegir el árbol de Navidad, uno de los dilemas más recurrentes es si optar por uno natural o si es mejor decantarse por un pino artificial. Estos últimos pueden utilizarse en años sucesivos y apenas requieren mantenimiento.

Los naturales perfuman la casa con su inconfundible olor, sus ramas son frescas y, tras las fiestas, puede replantarse. Sin embargo, los árboles de Navidad naturales requieren ciertos cuidados, como el riego.

Ademas, hay que tener la precaución de no colocarlos cerca de fuentes de calor y ser cautos con las luces, pues pueden provocar que se caliente y se seque.

Pero, además del siempre presente abeto, hay otras especies vegetales que llenan la decoración del hogar de espíritu navideño. Una de ellas es el acebo.

Por sus tonos intensos y por el contraste del verde oscuro de las hojas con el rojo de los frutos, esta planta es muy apreciada en decoración.

Además de la planta en sí misma, el acebo es un motivo omnipresente en manteles, servilletas, papel de regalo, bolsas e infinidad de adornos durante el periodo navideño.

Sus ramas y bayas suelen utilizarse también para elaborar coronas o crear centros de mesa. No obstante, es importante prestar una especial atención a dichas bayas, sobre todo si hay niños en casa.

El color rojo intenso hace de estos frutos un elemento decorativo muy apreciado, pero es imprescindible saber que son tóxicos. Por lo tanto, aunque a primera vista pudieran parecer apetitosos, llevárselos a la boca es una pésima idea.

Aunque el acebo adorna el interior de muchos hogares durante la Navidad, desde la floristería Tendencias de Pontevedra (Norte de España), Adriana Colombo explica que es “una planta de exterior”.

“El cultivo del acebo es relativamente sencillo. El primer paso es plantarlo en un lugar cuya exposición al sol no sea excesiva, pues esta planta, propia de climas fríos y húmedos, prefiere las zonas de semisombra. Se adapta a cualquier tipo de suelo, siempre que tenga un buen drenaje y precisa de riego regular en verano y menos frecuente durante el invierno”, comenta la experta.

MUÉRDAGO Y NOCHEBUENA

El muérdago es otra de las plantas características de la época navideña, sobre todo en los países anglosajones.

Ha alcanzado una gran repercusión debido a la tradición navideña que dicta que quienes pasen juntos bajo una rama de muérdago deben darse un beso, una costumbre extendida por todo el mundo gracias a películas y series de televisión.

El muérdago crece en las ramas de algunos árboles y fructifica durante los meses de invierno. Sus hojas son de color verde pálido y sus frutos, blanquecinos y gelatinosos, hacen que esta planta sea muy apreciada en decoración.

Centros de mesa, coronas para colocar en las paredes o en la puerta de entrada a la casa, unos trocitos de muérdago para decorar las ventanas o algunas ramas en los dinteles de las puertas, son solo algunas sugerencias para sacarle partido a esta planta tan característica del periodo navideño.

En esta época, otra de las plantas más emblemáticas es la poinsetia, más conocida como nochebuena. Esta planta, originaria de México, se ha convertido en uno de los símbolos de la Navidad. Es fácil encontrarla adornando mercados, centros comerciales y, por supuesto, muchos hogares.

Esta es una planta de interior delicada, que requiere mimo y muchos cuidados. Así, es necesario colocarla en un lugar iluminado pero sin que reciba sol de manera directa.

También hay que mantenerla alejada de las corrientes de aire, regarla abundantemente y esperar a que la tierra esté seca antes de regarla de nuevo.

“La nochebuena es una planta de hoja caduca por lo que el hecho de que haya perdido las hojas no quiere decir que la planta esté muerta”, indican los especialistas de las tiendas Fronda, quienes explican cómo recuperar la planta:

“Cuando se caigan las hojas, corta los tallos dejando unos diez centímetros desde la base. Haz los cortes por encima de una hoja y recúbrelos con cera o vaselina. Coloca la maceta en un lugar sombreado y mantén la tierra bastante seca, pero sin dejar que se seque totalmente”, recomiendan.

Asimismo, estos expertos señalan que, cuando llega la primavera, es necesario aumentar un poco los riegos y cambiar la poinsetia a una maceta un poco más grande.

Después de trasplantarla, hay que dejar la planta en un lugar sombreado y prescindir del riego durante dos días. Luego hay que abonarla cada quince días y eliminar alguno de los tallos, dejando los cuatro o cinco más vigorosos.

“En el hemisferio norte, desde finales de septiembre hay que controlar las horas de luz que recibe la poinsetia. Esto es imprescindible para obtener flores en Navidad, ya que su floración depende de la duración del día y, si tiene muchas horas de luz, la planta crece pero no da flores”, aclaran.

Con estas recomendaciones, la poinsetia podrá lucir sus flores un año más y alegrar el hogar con sus aterciopeladas hojas rojas, el color de la Navidad.













(Vanguardia)