Facebook Twitter Rss

Origen de la tradición del 2 de febrero día de la Candelaria

Si el pasado 6 de enero te sacaste el “niño” en la rosca de reyes y te toca comprar los tamales para el día de la Candelaria, te vamos a explicar la razón por la que tendrás que convidar a tus amigos, familiares o colegas con este delicioso antojo.





31 de Enero de 2015 a las 12:29 hrs -- Centinela Digital
Images_52588_thumb_31

La tradición de comer tamales el 2 de febrero, día de la Candelaria, está ampliamente extendida en nuestro país.

Cada año la llevamos a cabo, pero ¿alguna vez te has preguntado cuál es su origen? Para que tengas la información completa y puedas compartirla con tus seres queridos en el marco de esta festividad, es necesario remontarnos un par de milenios en el tiempo.

El día de la Candelaria -como celebración cristiana- se originó cuando Jesús fue presentado en el templo después de 40 días de nacido, tal como lo dictaba la ley judía en ese tiempo. Si contamos 40 días después del 25 de diciembre, fecha en que se supone que Cristo nació, el día en que la Virgen María y San José presentaron al niño Dios en el templo fue justo el 2 de febrero.

¿Por qué se le llama día de la Candelaria a esta fecha? La respuesta se encuentra en el pasaje bíblico que narra dicho acontecimiento. De acuerdo con el evangelio de San Lucas, el día en que el niño fue llevado a Jerusalén para presentarlo ante Dios, un hombre justo llamado Simeón acudió al templo guiado por el Espíritu Santo, pues éste le había revelado que no moriría ante de conocer al Mesías.

Cuando Simeón se encontró con Jesús y sus padres, tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”.

Como Simeón llamó “luz” a Jesucristo, y esta palabra en latín se dice “candela”, la fiesta de la Candelaria hace referencia a que el niño Dios es la luz que vino a iluminar al mundo. Actualmente, los católicos celebran este día llevando a bendecir figuras del niño Dios a la iglesia y vistiéndolas de gala para conmemorar su presentación.

¿Y los tamales?

Ahora la pregunta del millón: ¿Por qué en México celebramos esta fecha comiendo tamales? La explicación tiene que ver con el sincretismo o fusión de la tradición católica con la tradición prehispánca.

Según crónicas de los frailes de La Conquista, los antiguos pobladores de México vestían a sus hijos de gala ante el dios Tláloc en estas mismas fechas, con la esperanza de agradarle y así tener una buena temporada de lluvias y cosechas. Con el paso de los años se fueron integrando ambas tradiciones, de modo que los tamales fungieron como una representación de las cosechas por las que se le rendía tributo al dios de la lluvia.

Interesante, ¿no crees? A partir de ahora, cuando estés degustando un delicioso tamal de mole, rajas con queso o el clásico “verde”, puedes pedir al dios Tláloc que te ayude a “cosechar” muchos éxitos y satisfacciones durante el año.











(Terra)