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Angélica Fuentes será penalizada si busca regresar a Chivas

Una nueva orden dicta la prohibición a Angélica Fuentes de que se ostente como directora general de Grupo Omnilife-Chivas.





11 de Junio de 2015 a las 11:00 hrs -- Centinela Digital
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El Juez Quinto en materia mercantil del Primer Partido Judicial del Estado de Jalisco dictó una nueva sentencia en la que Angélica Fuentes, esposa de Jorge Vergara, será sancionada penalmente si se ostenta como Directora General del Grupo Omnilife-Chivas.

Un comunicado emitido por el despacho de abogados Peña y Palomino, afirma que la resolución del Juez dicta que la Señora Angélica Fuentes Téllez que se abstenga de ingresar a cualquiera de los domicilios de las empresas del Grupo, comparecer o tomar posesión de cualquiera de los domicilios principales, matrices, sucursales o agencias de las empresas del Grupo Omnilife-Chivas, así como realizar por sí o por interpósita persona cualquier acto que pudiera ser perjudicial para estas empresas.

Las nuevas órdenes emitidas por el Juez es del conocimiento de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). El desacato a esta orden judicial por parte de Angélica Fuentes Téllez será sancionado penalmente por violar una orden judicial.

Jorge Vergara destituyó a su esposa al frente del grupo Omnilife-Chivas el primero de abril y la acusó de un presunto desfalco multimillonario, de hasta 4,000 millones de pesos.

Angélica Fuentes intentó regresar al frente de ambos grupos por lo que convocó a una asamblea general de accionistas del Grupo Omnilife Chivas, el 29 de abril, la cual fue suspendida ese mismo día por un juez del Distrito Federal.

El Juez décimo de lo mercantil, Mario Zúñiga ordenó que Angélica Fuentes fuera restituida en su cargo como directora de las empresas del Grupo Omnilife y Grupo Chivas anulando así las medidas cautelares dictadas el pasado 27 de marzo, dictadas por él en contra de Angélica Fuentes tras la demanda que interpuso el empresario, Jorge Vergara, para expulsar a su esposa de las compañías.












(El Economista)