¿A qué edad debo llevar a mis hijos por primera vez al dentista? – es la pregunta más común que hacen los padres de familia.

Muchos piensan que la cita es para cuando tengan algún tipo de dolor, o cuando presenten los primeros dientes
permanentes.

Las especialistas del Departamento de Odontología de Pensiones Civiles del
Estado (PCE), doctora Nydia Hinojos Villalobos y doctora Luisa Fernanda
Villanueva Gallo, señalan que el cuidado bucal es primordial para el sano desarrollo de los bebés y niños, y emiten una serie de recomendaciones a los padres de familia, sobre todo ahora en la temporada de vacaciones, cuando
disponen de más tiempo para revisar la dentadura de sus hijos y de ser necesario, realizar curaciones o tratamientos correctivos.

La primera recomendación que hacen es llevar a los niños a consulta desde edades tempranas por dos razones: la primera, para que se familiaricen con el
odontólogo y el consultorio dental; la segunda, porque es importante detectar
cualquier alteración no sólo en los dientes, sino en tejidos blandos y duros de la boca (encías, labios).

Con fines preventivos, la visita al odontopediatra o al odontólogo se hace al cumplir el primer año de vida.

En cuanto al cuidado diario, los padres deben realizar higiene en la boca de los
bebés por lo menos una vez al día. Mientras no presenten dientes, hay que pasar una gasa húmeda por las encías del bebé para eliminar restos de alimento y prevenir la acumulación de placa bacteriana, explica la Dra. Nydia Hinojos.

Al brotar los primeros dientes, se recomienda cepillar con un cepillo suave y pequeño sin pasta dental, posteriormente con una pequeña cantidad de pasta sin flúor.

A partir de los 2 años se puede usar pasta fluorada, lo cual hace los dientes más resistentes a la caries. El cepillado debe ser 3 veces al día, dos minutos en cada ocasión, con la ayuda de los padres.

De 5 a 6 años en adelante comienza la erupción de los primeros dientes
permanentes, y es importante acudir al odontólogo para dar seguimiento a su
correcto crecimiento. Si el paciente no tiene caries, se recomienda realizar
controles una vez al año.

Los hábitos alimenticios es factor importante en la salud bucal. El alto consumo de dulces y carbohidratos favorece el desarrollo de caries, y si éstas no se detectan a tiempo, pueden avanzar rápidamente, ocasionar cavidades extensas y llegar incluso a un grado de infección y dolor.