El ‘‘Ruiseñor de Marruecos’’ trajo al FICH 2015 su espectacular mezcla de música tradicional marroquí y judeo-andaluza, sefardí y canciones del norte de África, además de melodías del Mediterráneo y Oriente logrando extasiar al público chihuahuense que se dio cita en la Plaza Mayor que no paró de aplaudir, bailar y mover las caderas con los cadenciosos ritmos.

Impresionante resultó la cátedra brindada por el maestro Zrihan al recurrir al ‘mawwal’, los sonidos vocales improvisados tradicionales árabes que se cantan antes de que empiece cada canción y que requieren de una potente voz para alcanzar su dimensión exacta y aquí, Emil, exhibió su poderoso rango vocal, cimbrando la Plaza Mayor y sus alrededores.

Emil Zrihan nació en la capital marroquí de Rabat, a los nueve años se trasladó con su familia a Israel, comenzando a cantar profesionalmente a los 13.
Ha llevado su arte a los más remotos confines del mundo y aunque, ‘‘he viajado por todo el mundo, estar en Chihuahua es algo especial para mi, pues investigando descubrí que mi apellido tiene raíces chihuahuenses’’.

Las canciones egipcias en dialectos árabes interpretadas durante su concierto motivaron a todos y cada uno de los asistentes levantarse de sus asientos para interactuar con el hombre-voz, aquél que fue comparado con Joselito, el gran cantante español y del cual conoce su música.

Amable, tranquilo, el marroquí convivió con su público antes, en medio y después de su espectáculo y no dejó de posar para las fotografías que su grandeza artística no está solo en su voz, sino también en su persona.

El repertorio de Emil Zrihan que abarca las raíces españolas de sus antepasados, la música secular del norte de África y el canto litúrgico judío, lo ubica como uno de los visionarios de la escena musical mundial, rescatando las tradiciones musicales y culturales con sensibilidad e innovación, y, los asistentes al 11º. Festival Internacional Chihuahua dieron cuenta de ello.