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3 consejos para reparar su matrimonio esta semana

En esta edición de LIFEadvice, Coach Kim comparte tres maneras de eliminar el miedo y el conflicto de una relación y hacer que el amor vuelva.





29 de Julio de 2016 a las 11:27 hrs -- Centinela Digital
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Pregunta:

Mi marido reacciona enseguida cada vez que su hija adulta le hace una pregunta y ella le pide constantemente ayuda a su padre con distintas reparaciones que necesita. Está siempre muy atento y corre a ayudarla. Yo también he estado necesitando reparaciones en nuestra casa y no lo veo con el mismo deseo de ayudarme. ¿Debo permitir que eso me moleste o simplemente dejarlo pasar? No me siento valorada igual que su hija. Una relación exige mucho trabajo y estoy dispuesta a hacer el esfuerzo, pero pienso que pongo más que él.

También me hiere cuando tenemos desacuerdos. Guarda cada cosa negativa y crítica con respecto a mí en su cabeza y las trae a colación cada vez que discutimos. Por lo tanto, mi autoestima se resiente. Salgo de las discusiones queriendo salir de este matrimonio más que trabajar en mí misma. He tratado de explicarle el daño que me causa, pero me responde enumerando las cosas que he hecho yo que también causan daño. Es nuestro segundo matrimonio para los dos, pero no sé cómo seguir en una relación donde la mayor parte del tiempo una discusión termina haciéndome sentir en falta, como si yo fuera la que tiene más problemas. ¿Qué puedo hacer?

Respuesta:

A continuación, tres cosas que puede hacer para revertir la situación y hacer que el amor vuelva.

1. Trabajar en su autoestima individual. Los dos tienen problemas con el valor personal, lo que hace que ambos se concentren excesivamente en los defectos del otro. Cuanto peor sea su autoestima más tenderá a considerar a su marido como el malo (para sentirse mejor consigo misma). El problema es, en primer lugar, que no hay ningún malo en esto –hacen falta dos para crear ese tipo de problemas y son dos los que de alguna manera los generan. Segundo, concentrarse en obtener reconocimiento significa en realidad que ninguno lo está dando.

Tanto usted como su esposo temen el fracaso, razón por la cual en algún punto los dos tienen miedo de no estar a la altura. Esto genera una exigencia y un egoísmo subconsciente en la relación (y los deja a los dos centrados en recibir, no en dar, amor).

También está haciendo que su autoestima sea responsabilidad de su marido –y eso crea una gran decepción y un resentimiento en la relación. Esto ocurre porque es imposible para su cónyuge demostrarle suficiente reconocimiento como para llenar un balde vacío –que usted agujerea constantemente (porque no ve su propio valor). Su esposo por ende nunca podrá hacerla sentir bien y suficientemente amada y usted lo culpa por eso.

Para tener una relación saludable, los dos deben realizar un trabajo serio e individual en su valor personal para poder entrar en esta relación con un balde lleno y algo para dar. Le recomiendo con vehemencia trabajar con un terapeuta o psicólogo (cada uno en forma individual) para cambiar la forma de ver su propio valor. Aprenda a llenar su balde para no sentirse necesitada.

Supongo que ayudar a su hija hace que su marido se sienta exitoso y bien consigo mismo en algún nivel y por eso lo hace. Usted debe entender que esto es para llenar su propio balde, que no es por falta de amor a usted. Deje de tomarlo como algo personal.

Si quiere que este segundo matrimonio funcione debe volverse menos necesitada de reconocimiento y más generosa. Debe llenar su balde de valor personal y dejar de endilgar esa responsabilidad a su marido.

Si quiere más amor, atención, servicio o reconocimiento de su marido, la forma de obtenerlos es darlos. Concéntrese en lo que usted da no en lo que recibe. Le prometo que esto funciona (la mayoría de las veces) y transforma las cosas rápidamente. Cuando le demuestre un amor generoso, no exigente, él lo sentirá y comenzará tratarla mejor.

2. Dejar de llevar la cuenta de las veces que se siente maltratada u ofendida. Deje de instalarse en el miedo a la pérdida y en temer que no recibe lo que le corresponde. Debe dejar de estar atenta a todas y cada una de las cosas que no le parecen justas.

Esta mentalidad basada en el miedo es, nuevamente, egoísta, exigente y tiene que ver exclusivamente con usted. Si bien es cierto que él ayuda a su hija más que a usted –en realidad no tiene que ver con usted y no significa que él no la ame.
Probablemente significa que tiene algo de culpa por el divorcio y considera que debe compensar la ruptura de la familia estando presente para sus hijos. (Esto suele implicar mimarlos un poco). Deje de hacerlo un problema suyo y de tomarlo como algo personal.

También debe entender que casi todos consideramos que nuestra casa es una extensión de nosotros mismos. De modo que realmente parece ser egoísta trabajar en la propia casa y generoso (mejor y más importante) trabajar en la de otro. En la mente de él, probablemente piensa que está siendo una buena persona al dejar su casa en último lugar. Usted podría optar por una perspectiva diferente en cuanto a este tema y apreciar realmente su naturaleza generosa y su deseo de hacer el bien.
Además tiene que aprender a comunicar lo que necesita que se haga en la casa de una manera positiva (sin vergüenza ni culpa) o simplemente contratar a alguien que lo haga sin ningún resentimiento.

También podría optar por ver esta situación como una lección perfecta en su aula de la vida, que puede ayudarla a aprender a dejar de lado la necesidad de considerar a su marido como el malo y llevar la cuenta del destrato. Es su lección para aprender a ser más cariñosa, generosa y comprensiva. Es su posibilidad de perdonarle las faltas, porque usted también quiere que las suyas sean perdonadas.

Confíe en el universo; sabe lo que hace. Estos retos específicos aparecen en su vida para AYUDARLA a ser más madura y sabia. Usted puede hacerlo. Puede dejar de llevar la cuenta y concentrarse en cambio en ser cariñosa y comprensiva. Usando la fórmula que aparece más abajo puede estar presente para él y también pedirle lo que necesita con afecto.
Aprender a tener conversaciones que impliquen un reconocimiento para los dos. Esto significa:

Ver a su marido ante todo como un igual (tan malo y tan bueno como es usted) y nunca denigrarlo. Recuerde que los dos tienen exactamente el mismo valor intrínseco y los dos merecen respecto y bondad.

Pregúntele cómo se siente respecto de este tema y escuche y honre el derecho que tiene él a sus sentimientos y a su punto de vista. Muéstrele que a usted le importa descubrir de qué manera puede hacer mejor las cosas. Esté realmente abierta a los cambios en usted y en el comportamiento de él. Déjelo hablar y expresar todo lo que él necesite, haciendo que se sienta escuchado.

Luego pregúntele si estaría dispuesto a hacer un cambio (avanzar) por usted. Hágalo utilizando el “Yo”, no el “Tú” (no acuse ni avergüence) y no se concentre en el mal comportamiento que haya tenido anteriormente. Hable solamente de la conducta futura que usted realmente apreciaría de allí en más.

Si sigue estos pasos, podrá hablar de cualquier tema sin que nadie se ponga a la defensiva y sin mezquindad.

Supongo que estos desencuentros que tienen (en los que él la llena de críticas y culpa) se producen porque él se siente criticado también. Los dos tratan de defender su valor personal y culpar y atacar forma parte de la naturaleza humana cuando alguien se siente así.

Si no le gusta cómo terminan esas conversaciones, debe aprender a reconocer el valor que hay en él y hacerlo sentir seguro y valorado, y después usted puede pedir lo que necesita. Los pasos descritos anteriormente la ayudarán a hacer esto, pero usted también debe resolver sus miedos, sus problemas de autoestima y dejar de llevar la cuenta.

En mi sitio web hay un Understanding Your Marriage Questionnaire (Cuestionario de entender el matrimonio, en inglés) que le permitirá hacer un inventario honesto de cómo el miedo está envenenando su relación. Ambos deberían completarlo individualmente después de leer este artículo. También les recomiendo pedir ayuda profesional ahora antes de que ambos se lastimen más. Se tiende a esperar para pedir ayuda hasta que ya es casi demasiado tarde.
No hagan eso.

Pedir ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad.

Usted puede hacerlo.














(Vanguardia)