El domingo, Carlos Joaquín González rindió protesta como gobernador de Quintana Roo en el congreso estatal. Durante su discurso aseguró que “es inaplazable la transparencia y las cuentas claras a la sociedad”.

También prometió fortalecer al soberanía de los poderes y la autonomía de los municipios a fin de “restablecer el equilibrio del ejercicio del poder al servicio ciudadano”.

“Es el momento de practicar un gobierno confiable, honesto, que combata las prácticas corruptas. Es el momento de abatir la desigualdad y fortalecer nuestra riqueza natural”, dijo.

Aunque el gobernador saliente, Roberto Borge, y el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza no asistieron, estuvieron presentes el Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, en representación del presidente Enrique Peña Nieto, también su hermano Pedro Joaquín Coldwell, actual Secretario de Energía y los ex gobernadores Miguel Borge Marín, tío de Roberto Borge, Joaquín Hendricks, actual integrante del CEN del PRI.

También acudieron a la cita los dirigentes nacionales del PAN, Ricardo Anaya, y del PRD, Alejandra Barrales; mandatarios de Michoacán, Morelos, Hidalgo, Aguascalientes y la Ciudad de México además de los gobernadores electos de Chihuahua, Veracruz y Tamaulipas.

Más tarde dio un discurso en el Zócalo de la capital, donde Carlos Joaquín afirmó que “se va a auditar y las infracciones se van a sancionar hasta las últimas consecuencias aplicando la ley”.

Ante el reclamo de “justicia, justicia” de cientos de presentes, el primer mandatario sin la bandera del PRI en este estado, informó que la deuda estatal asciende a 22 mil millones de pesos y lo calificó como un “problema central”. “La lucha contra la corrupción y la impunidad será implacable e impostergable (…) Quien la hace la paga”, agregó.

El ex subsecretario de Turismo también se comprometió que la libertad de prensa y expresión no será objeto de represalias ni coacciones como ocurrió con su antecesor.











(aristeguinoticias)