Fue despedido la tarde de ayer por familiares, jueces federales y por cientos de vecinos de la comunidad de Santa Rosa Plan de Ayala.
En el panteón, sus compañeros juristas lamentaron la violencia criminal y se dolieron por la pérdida del juez de 38 años de edad, a quien le sobreviven su esposa, dos hijas pequeñas y sus padres.
Frente al ataúd de su hijo, el abogado pidió que Dios perdone a los autores intelectuales y materiales del crimen de Vicente Antonio, que ha dejado un gran dolor en la madre, la esposa y en toda la familia.
“Esta espada de dolor ha atravesado nuestro corazón y más allá ha atravesado el ala de mi nuera y de mi esposa, de mis hijas, de mis hermanos, de mi familia y de muchos amigos, pero de nosotros no debe de salir ninguna expresión de venganza.
“No a la venganza de ningún origen, de ningún signo. Por ningún motivo o razón debe impulsarnos el pedir justicia un ánimo de venganza; la venganza es de Dios, la justicia es de Dios, y siempre él se encargará, como lo ha hecho, de impartir justicia”, señaló.
(El Universal)