e sabía casi todas las guarachas, guajiras, sones, rumbas, mambos y chachachás.
La única razón para la que realmente sirvió a Xavier López Rodríguez haber estudiado dos años la carrera de medicina, fue para acudir a una clase de disección y anatomía, en la que quizás obtuvo el aprendizaje que lo marcó para el resto de su existencia: las ranas por su estructura no pueden retroceder. Jamás. Sólo caminan hacia adelante. Desde entonces las coleccionó por cientos y cientos. Le eran de buena suerte para que aquello nunca se le olvidara.
(milenio)