Lo que no se ve, con frecuencia produce más miedo. Esta es una de las máximas del género de terror y es uno de varios caramelos que ofrece Longlegs al espectador, la nueva película de Nicolas Cage, catalogada como “la más aterradora de la década” o una “digna heredera de El silencio de los inocentes”, por decir un par de cosas sobre cómo ha sido recibida en otros países.
Convertido en un asesino en serie, en la cinta Nicolas Cage explora una nueva faceta actoral, mucho más enfocada en crear un personaje aterrador que poco se ve en pantalla, pero que revela una mentalidad psicópata producto de los traumas: “Ese fue el gran reto” al filmar Longlegs, explicó a Andrés Arochi, el mexicano detrás de la fotografía de esta historia.
(milenio)