Este domingo, un ataque armado sacudió a la comunidad de Grand Blanc, en Míchigan. Un hombre de 40 años estrelló su coche contra una iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, abrió fuego con un rifle de asalto contra los feligreses y después incendió el templo. El saldo hasta ahora es de dos muertos y ocho heridos, entre ellos niños, algunos en estado crítico.
El agresor fue abatido por la policía en el lugar. El incendio complicó las labores de rescate, mientras el FBI desplegó a un centenar de agentes para investigar. El presidente Donald Trump y la fiscal general condenaron el ataque y pidieron orar por las víctimas.
Las autoridades aún buscan determinar el motivo del tiroteo.
-EFE-