En Brasil, decenas de manifestantes indígenas bloquearon por dos horas la entrada principal de la COP30 en Belém, en una protesta pacífica para denunciar amenazas a la Amazonía. Ataviados con vestimentas tradicionales, los manifestantes obligaron a miles de asistentes a ingresar por accesos laterales bajo control militar.
“Luchar por nuestros territorios es luchar por nuestras vidas”, decía una de las pancartas del grupo Munduruku, que exige una reunión con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva. La ONU aseguró que la protesta no representó ningún peligro.
El presidente de la COP30, André Correa do Lago, y la directora general Ana Toni dialogaron con los manifestantes y se trasladaron con ellos a un tribunal cercano para continuar la reunión. Tras ello, la entrada principal fue reabierta.
-EFE-