Cabe recordar que una celebración de este tipo, ya se acostumbraba desde el año 1840, en Suecia, donde surgió como una iniciativa en ese entonces para proteger los bosques y destacar su importancia en el desarrollo de las comunidades.
En México, en el año de 1951 y por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, se adoptó también el día para cada segundo jueves del mes de julio.
Durante el Día del Árbol se realizan distintas actividades como donativos de árboles, canjes de basura u otros residuos por árboles, además de reuniones colectivas para plantar uno, siendo el objetivo común evitar y contrarrestar los efectos de la deforestación.
Los árboles son nuestros más imprescindibles aliados en la mitigación del calentamiento global; además, captan el agua de lluvia y recargan las fuentes de agua; enriquecen los suelos y evitan la erosión, liberan el oxígeno y capturan el dióxido de carbono.
Celebrar a los árboles es recordar el valor de lo que aportan a la vida y convertir su cuidado en una práctica permanente.
(elsiglodetorreon)