Unas semanas después de que descubrieran a Matthew Perry flotando boca abajo en un jacuzzi, la mujer que según la acusación suministró la ketamina que mató al actor se encontraba tomando el té de la tarde en un hotel de cinco estrellas de Japón y haciéndose selfis en el espejo mientras modelaba un kimono. Varios meses después, publicó momentos destacados de un viaje a México, donde disfrutó de caviar en el aeropuerto, sentada junto a la piscina en la playa y admirando una bebida dentro de un coco.
A la mujer, Jasveen Sangha, le gustaba compartir en redes sociales imágenes de una vida glamorosa, en las que se codeaba con famosos y viajaba por todo el mundo, a España, China y Dubái.
(milenio)