El presidente de EE.UU., Donald Trump, calificó a Los Ángeles como una ciudad “invadida por inmigrantes ilegales y criminales” tras las protestas desatadas por redadas migratorias del ICE.
Aseguró que los disturbios refuerzan su determinación de deportar y ordenó a su gabinete “tomar todas las medidas necesarias” para controlar la situación. Sin autorización del estado, desplegó 2,000 efectivos de la Guardia Nacional, un acto sin precedentes en 60 años.
El gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass llamaron a mantener las protestas pacíficas. Las manifestaciones continuaron este domingo, con algunos enfrentamientos, pero sin arrestos reportados.
-EFE-