Estados Unidos puso en duda su permanencia en la Organización de los Estados Americanos (OEA), lo que supondría un golpe político y financiero sin precedentes.
El subsecretario de Estado, Christopher Landau, cuestionó la eficacia del organismo ante crisis como Haití y Venezuela, y confirmó que el gobierno de Donald Trump revisa su participación en instancias multilaterales.
Si EU, que aporta el 50% del presupuesto, se retira, la OEA podría quedar paralizada en sus programas de derechos humanos, observación electoral y apoyo a países en crisis.
Expertos advierten que la salida debilitaría la defensa de la democracia en la región y abriría espacio a la influencia de China y Rusia.
La decisión marcaría una crisis existencial que podría llevar a la marginalización o disolución de la OEA.
Con información de El Sol de México.