La enemistad entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski se ha convertido en uno de los símbolos más claros de la guerra en Ucrania. Aunque ambos presidentes solo se reunieron una vez, en 2019 en París, hoy resulta casi imposible imaginar un cara a cara entre ellos.
Putin esperaba una rápida rendición cuando lanzó la invasión en 2022, pero se topó con un Zelenski firme, que se convirtió en emblema de la resistencia ucraniana. Desde entonces, la animadversión creció, especialmente con el apoyo militar de Occidente a Kiev.
El Kremlin insiste en que Zelenski es un gobernante ilegítimo y descarta negociaciones directas, salvo para firmar una eventual capitulación. Para Putin, aceptar un encuentro en condiciones de igualdad sería una humillación.
-EFE-