Isauro Aguirre, el hombre que fue encontrado culpable del brutal asesinato de su hijastro Gabriel Fernández en 2013, pagará por su delito con la pena máxima, como determinó el jurado que durante los últimos tres meses ha evaluado las numerosas evidencias y los testimonios presentados en uno de los casos de abuso infantil más sonados en el sur de California.
El panel, compuesto por siete mujeres y cinco hombres, inició el proceso de deliberación la tarde del lunes cuando la Fiscalía y los abogados defensores de Aguirre concluyeron la presentación de las declaraciones finales en la fase de castigo del juicio.
Desde un principio el fiscal Jonathan Hatami y su equipo centraron sus argumentos en buscar la pena capital debido a la magnitud de los abusos que sufrió el niño de 8 años a manos de Aguirre y su madre, Pearl Fernández, quien será enjuiciada por separado en 2018.
El pequeño fue brutalmente golpeado, obligado a ingerir heces de gatos, forzado a dormir en un cajón con sus manos y pies atados, entre otros maltratos durante los ocho meses que permaneció bajo la custodia de su madre y su padrastro.
Los testigos que atendieron al niño en sus últimos momentos de vida detallaron las lesiones severas que mostraba el cuerpo del menor y repetidamente destacaron el caso como uno de los incidentes de abuso infantil más terribles que habían conocido.
"Muéstrenle al acusado la misma misericordia que él le mostró a Gabriel. Recuerden, no estamos pidiendo venganza, estamos pidiendo justicia", advirtió el fiscal Jonathan Hatami durante sus declaraciones finales este pasado lunes.
Por su parte los abogados de Aguirre nunca pretendieron negar que su cliente había maltratado a la víctima. John Alan, quien encabezó la defensa, describió los hechos del caso como "inimaginables".
Sin embargo, los abogados defensores orientaron sus evidencias en tratar de demostrar que el acusado fue víctima de las manipulaciones de su pareja, Pearl Fernández, y que además sufría de un coeficiente intelectual bajo.
El padrastro de Gabrielito, según indicaron ellos, era una persona sin antecedentes criminales o violentos en los años anteriores a su relación con la madre del menor. Alan imploró al jurado que deberían elegir una condena de vida en prisión para Aguirre, dado a que la pérdida de su libertad sería un castigo justo.
"La cárcel nunca se sentirá como un hogar para Isauro Aguirre. La idea de pasar el resto de su vida en prisión lo aterra", declaró el abogado.
Una deliberación de siete horas
A pesar de los intentos de la defensa por liberar a su cliente de la pena de muerte, el jurado tardó siete horas y media durante un lapso de tres días para llegar a su recomendación final.
El magistrado George G. Lomeli pronunciará la condena definitiva el próximo 8 de marzo, según confirmaron las autoridades judiciales.
Durante la deliberación, el panel solicitó escuchar nuevamente el testimonio de William Adams, un testigo presentado por la defensa y un experto que trabajó más de 26 años con el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California.
Adams dijo al jurado que consideraba que Aguirre, de 37 años, tenía "más probabilidades de ser una presa que un depredador" entre la población penitenciara, si fuese condenado a pasar el resto de su vida detrás de las rejas. Al ser interrogado por la Fiscalía, el experto también admitió que en su opinión Aguirre había cometido un acto de "maldad".
Una petición para revisar los manuscritos de las declaraciones finales de los abogados y una segunda para examinar la imagen de una presentación del fiscal Hatami fueron negadas por el juez Lomeli.
La Fiscalía, encabezada por el procurador Jonathan Hatami, ha señalado que Aguirre y Pearl Fernández sometieron al niño a una larga lista de abusos físicos porque ambos consideraban que el pequeño era gay.
El padre biológico de Gabriel Fernández, quien murió torturado en 2013, testificó este martes en corte en contra del hombre acusado de asesinar a su hijo junto con la madre del menor. Arnold Contreras se presentó en la fase de condena de Isauro Aguirre, el padrastro de Gabrielito, para quien los fiscales piden la pena de muerte.
Contreras, quien se encontraba en la cárcel cuando su hijo fue golpeado hasta la muerte, empezó contándole al jurado que la madre del niño, Pearl Fernández, nunca mostró ningún afecto por el pequeño y que por eso jamás habría aceptado que Gabrielito se mudara a vivir con ella y su pareja. "Ellos se lo llevaron (de la casa de sus abuelos)", aseguró el padre.
El padre biológico del niño señaló que estaba preso en el condado de Riverside cuando se enteró de que su hijo había recibido una paliza tan fuerte que lo dejó en coma.
Contreras ha estado en prisión en varias ocasiones por condenas relacionadas con robo y posesión de drogas. "Lo siento, lo siento por no haber estado ahí", dijo al responder qué le diría hoy a Gabrielito.
(univision)