Cada vez más menores de edad dejan sus países de origen en el mundo, orillados por la violencia, las tragedias naturales y los conflictos armados, coincidieron expertos.

Para José Lugo, coordinador de incidencia política de protección a la niñez de Save the Children, actualmente Siria, Venezuela y el corredor Centroamérica-EU son los focos rojos de la migración a escala mundial.

“Depende del contexto local, pero están los conflictos armados, la violencia, el cambio climático, migrantes que huyen por sequías, huracanes, devastaciones, inseguridad. La mayoría es por una vulneración reiterada de derechos humanos, para niños y niñas y sus familias”, declaró a Excélsior.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 33 millones de niños viven fuera del país donde nacieron, de los cuales 13 millones son refugiados y otros 17 están desplazados dentro de sus propios países.

Actualmente, en Estados Unidos viven 3.5 millones de menores de edad migrantes, según las cifras de Unicef, por lo que es el país que más recibe a menores.

En segundo lugar está Arabia Saudita, con 2.3 millones de menores, y le sigue Jordania, con 1.5 millones.

México se encuentra en el sitio 14 a escala mundial, con 0.6 millones. De Europa, Rusia, Francia y Alemania también figuran en el top 20.

Por su parte, destaca Siria, desde donde dos millones de niños han emigrado solos hacia Turquía y Líbano a causa de la guerra que enfrenta el país desde 2011.

Un niño migrante o en situación de movilidad es cualquier niño o niña adolescente o persona menor de 18 años que transita de un territorio a otro para poder establecerse de manera temporal o permanente, explicó Lugo.

“La migración puede ser acompañada, cuando viajan con su grupo familiar, con sus padres o quienes ejercen la patria potestad. También están los niños no acompañados, quienes viajan sin el acompañamiento de alguna persona. Tenemos los niños separados, quienes viajan con personas adultas pero ellos no ejercen la patria potestad o no ejercen la representación legal”, detalló el experto.

Corredor Centroamérica-EU

En marzo pasado, las autoridades estadunidenses detuvieron a 18 mil 890 menores migrantes no acompañados en la frontera con México en marzo, la cifra mensual más alta registrada en la historia del país, reveló la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos.

“Estamos viendo los inicios de una crisis humanitaria posTrump, son los efectos de las viejas políticas del expresidente Donald Trump, cuyos matices fueron con el fenómeno de las familias separadas, para posteriormente hablar de los niños enjaulados que fueron realidades bastante crueles en materia migratoria y de derechos humanos en el país”, dijo a este diario Óscar Misael Hernández, profesor titular en el Colegio de la Frontera Norte (Colef).

Hay una movilidad infantil en múltiples direcciones: de sur a norte, están los menores no acompañados o quienes comenzaron a viajar en las caravanas y quedaron varados en ciudades fronterizas en vulnerabilidad. Además, un flujo de norte a sur de menores repatriados como no acompañados, agregó.

José Lugo explicó que el gobierno estadunidense implementó el título 42, una medida que impide ingresos no esenciales a ese país. Los niños migrantes están exentos de esa disposición.

“Se están perdiendo de vista las causas y no sirve de nada tener una política de contención, porque lo que haces es generar un ambiente de criminalización de la migración”, subrayó Lugo.

“La única forma que se pueden solucionar estas situaciones es que cada gobierno, no sólo Estados Unidos, México y Centroamérica, asuman su responsabilidad de garantizar un estado de bienestar para sus poblaciones, especialmente aquellos sectores que no tienen condiciones de vida favorables”, concluyó Óscar Misael Hernández.

(Excélsior)